Viene
de Parte Tres: Teoría Revolucionaria. En esta Sección
Parte Cuatro: Historia y Situación Actual
Capítulo
IV
Nuestra
Historia y la Situación Actual
El MOEC
cumple sus siete años de existencia. Para nosotros
los militantes del Movimiento es un deber revolucionario
investigar las experiencias políticas y militares
que hemos tenido como una organización independiente.
A través del estudio de nuestra historia precisaremos
las causas de nuestros fracasos y desviaciones, nos explicaremos
la razón de ciertas conductas inconsecuentes con
la revolución, determinamos la naturaleza de las
actuales contradicciones internas e iremos despejando la
ruta por recorrer. La historia del MOEC es una parte importante
de la historia de nuestro pueblo en su lucha por la liberación,
quien no parta de este punto para su análisis no
entenderá su desarrollo.
El MOEC
surgió en 1959, después de presentarse los
siguientes hechos:
Las fuerzas campesinas armadas habían sufrido una
estruendosa derrota por parte del imperialismo y de las
oligarquías intermediarias. Esa derrota fue un alto
precio: una mayor concentración de la tierra y una
mayor expropiación de los campesinos, centenares
de miles de campesinos asesinados por la reacción,
grandes emigraciones, del campo hacia la ciudad, abandonando
tierras y bienes en manos de los viejos y los nuevos terratenientes.
La superpoblación de las ciudades por el éxodo
campesino agudizó el desempleo, agravó el
problema de la falta de viviendas, crecieron los tugurios
con sus legiones de millones de vagabundos, de pordioseros,
de niños abandonados, de mujeres arrojadas a la prostitución
y de hombres profesionalizados en el pillaje. El desarrollo
industrial de los centros urbanos no estaba en capacidad
de absorber la mano de obra expulsada por la violencia de
las oligarquías en los campos.
Por otra parte el proceso de las inversiones norteamericanas
en nuestro país continuaba. Su expresión monopolista
desarrollada al máximo interfería la naciente
industria nacional y producía la quiebra de buena
cantidad de esta y de los pequeños comerciantes y
artesanos. La desolación en el campo y la proliferación
del lumpen en las ciudades fueron secuelas de la política
de expropiación y violencia desatada por las clases
dominantes. Finalmente la burguesía y los terratenientes,
asesorados por el imperialismo, pactaron la |