Vamos a la Lucha Electoral (1)
El Partido del Trabajo de Colombia tomó
la determinación de ir a las próximas elecciones
para consejos y asambleas. El Comité Ejecutivo Nacional
de Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR)
acoge esta resolución, resaltando la importancia
que tiene para los sectores más avanzados del proletariado
colombiano participar en la campaña electoral que
se avecina.
El anuncio que hace el MOIR de su participación
en las próximas elecciones es una de esas decisiones
que de vez en cuando conmocionan y ponen a prueba la capacidad,
la audacia y la disciplina de las organizaciones políticas.
El MOIR ha sido abstencionista casi por definición,
como lo han sido las agrupaciones, fuerzas y personas que
lo integran o gravitan a su alrededor. La resolución
de ir a las elecciones marca un viraje radical en esta materia.
Es para el MOIR la aplicación de un criterio distinto,
de una concepción completamente nueva sobre el problema
electoral. Por eso no será extraño que muchos
se sorprendan. Habrá una gran discusión sobre
este punto en las filas del MOIR y fuera de ellas, lo cual
es saludable, ya que obligará a profundizar en el
marxismo-leninismo, a estudiar la experiencia universal
del proletariado y la propia experiencia nacional. Arreciarán
los ataques del oportunismo contra el MOIR y contra el Partido
del Trabajo de Colombia, lo cual tampoco es malo. El triunfo
de la causa obrera no será posible sin la agudización
de la lucha de clases en lo ideológico y en lo político.
Las discusiones y la lucha que se tendrán
que dar por la participación del MOIR en las elecciones
deben resolver acertadamente estos cuatro interrogantes:
1) Desde el punto de vista del marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung es o no una cuestión de principios para
el Partido de la clase obrera participar en elecciones?
2) Ir a las próximas elecciones
representa o no para el MOIR el abandono de viejas posiciones
infantiles de "izquierda"?
3) Ir a las próximas elecciones
significa para el MOIR renunciar o no a las diferencias
de principios que lo han separado del revisionismo?
4) Al participar en las próximas
elecciones el MOIR se fortalecerá o no?
Respondamos en su orden cada una de las
anteriores preguntas.
1.- IR A LAS ELECCIONES ES UNA CUESTIÓN
DE PRINCIPIOS
Desde la época de Marx, hace más
de un siglo, hasta nuestros días, el marxismo-leninismo
ha considerado no solo permisible sino obligatorio para
la lucha de la clase obrera que su vanguardia consciente,
que sus destacamentos más avanzados participen en
las elecciones convocadas por los regímenes explotadores,
cuando las instituciones parlamentarias burguesas tengan
vigencia política y en ellas crea aunque sea una
minoría considerable de la población. Es un
deber de los comunistas utilizar las elecciones y la tribuna
parlamentaria para esclarecer la conciencia de las masas,
acabar con las ilusiones electorales y parlamentarias de
los sectores atrasados y crear así condiciones para
destruir las instituciones reaccionarias en las que se participa.
Lenin dice: "De más
está decir que cualquier vacilación respecto
de si es conveniente, desde el punto de vista del marxismo,
participar en las elecciones es totalmente inadmisible:
las opiniones, hostiles o indefinidas o simplemente indiferentes
respecto de nuestra participación en las elecciones,
pueden ser consideradas matices de opinión "legítimos"
no dentro de los marcos del marxismo y del partido obrero,
sino fuera de ellos". Las consignas de la abstención
y del boicot de las elecciones son legitimas para los marxistas-leninistas
cuando por un gran desarrollo de la lucha revolucionaria
de las masas se pueda destruir las instituciones parlamentarias
burguesas y pasar a constituir organismos de representación
y poder popular verdaderamente democráticos. Y en
esto no debemos confundir nuestros deseos, nuestras concepciones
ideológicas y políticas con la realidad objetiva.
Una cosa es que queramos, que pensemos y que luchemos por
destruir las instituciones parlamentarias de los explotadores
y otra cosa muy distinta es que las condiciones hayan madurado
hasta tal punto que esta tarea histórica se ponga
al orden del día.
Lenin dice que los comunistas, "Mientras no tengan fuerza para disolver el parlamento
burgués y todas las otras instituciones reaccionarias,
están obligados a actuar en el seno de dichas instituciones
precisamente porque hay todavía en ellas obreros
embrutecidos por el clero y por la vida en los rincones
más perdidos del campo. De lo contrario corren el
riesgo de convertirse en simples charlatanes".
En la actualidad es evidente que no existe en Colombia,
como no existió en la década pasada, un desarrollo
de las fuerzas revolucionarias como para impedir las elecciones
y sepultar las instituciones parlamentarias tradicionales.
Por lo tanto, la consigna de la abstención no es
acertada hoy.
Tampoco lo fue en la década pasada
cuando las distintas organizaciones que llegaron a conformar
el Partido del Trabajo y el MOIR trataron de aplicarla y
la defendieron equivocadamente como un punto de principios.
El
Partido Comunista de China, en su "Proposición
Acerca de la Línea General del Movimiento Comunista
Internacional", importante documento polémico
en la lucha contra el revisionismo contemporáneo,
afirma: "A fin de dirigir al proletariado y
a las demás masas trabajadoras en la revolución,
los partidos marxista-leninistas deben dominar todas las
formas de lucha y saber sustituir rápidamente una
forma por otra, según cambien las condiciones de
lucha. El destacamento de vanguardia del proletariado sólo
será invencible en todas las circunstancias, si domina
todas las formas de lucha, pacífica y armada, abierta
y secreta, legal e ilegal, parlamentaria y de masas, etc.
Es erróneo negarse a utilizar la forma parlamentaria
y otras formas legales de lucha cuando es posible y necesario
utilizarlas".
La experiencia universal del proletariado
en su lucha por la democracia y el socialismo deja la lección
obligatoria para los partidos obreros, y en especial para
los partidos obreros jóvenes, que sin el necesario
aprendizaje y la correcta utilización de las distintas
formas de lucha no es posible resolver el problema del Poder,
que es en definitiva el problema fundamental de toda revolución.
Saber en cada momento cuál es el tipo de lucha que
conviene desarrollar para agudizar las contradicciones de
clase, convertir en favorables las condiciones desfavorables,
sin negarse al repliegue cuando haya que hacerlo y pasando
con audacia y sin vacilaciones a la ofensiva aprovechando
los cambios de la situación: he ahí asuntos
elementales pero claves del marxismo-leninismo. La agrupación
política revolucionaria que por prejuicios o trabas
mentales se niegue a utilizar la forma de lucha que la realidad
aconseje, será una unión de fanáticos,
una secta de brujos, "honestos", "buenos"
y hasta "revolucionarios", si se quiere, pero
jamás pueden ser considerada la vanguardia de la
clase más avanzada, el embrión del partido
proletario. Los aspirantes a marxista-leninistas que aún
se encuentran en un período infantil de su desarrollo
ideológico y político, y que no se sientan
capaces o no quieran abandonar los prejuicios "izquierdistas",
las talanqueras ideológicas heredadas de las clases
no proletarias, que no tengan el valor de adoptar el marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung como guía para la acción, nunca
llegarán a ser los dirigentes políticos lúcidos
que la clase obrera necesita en la lucha por su emancipación.
2.- NUESTRO MAS DURO GOLPE AL INFANTILISMO
DE "IZQUIERDA"
Desde la fundación del MOEC, en
1959, pasando por la creación del MOIR, hasta hoy,
la historia de estas organizaciones revolucionarias es la
historia de la lucha contra el infantilismo de "izquierda".
El blanco principal de ataque de estas organizaciones ha
sido el imperialismo yanqui y sus lacayos colombianos, la
gran burguesía y los grandes terratenientes, y su
objetivo fundamental el hacer de Colombia una república
independiente, democrática, popular y próspera
en marcha al socialismo. Pero en Colombia echó primero
raíces el oportunismo revisionista que el marxismo-leninismo.
Para derrotar al imperialismo es necesario combatir y derrotar
al revisionismo, que en Colombia ha estado personificado
en la dirección del llamado Partido Comunista. Sin
embargo, la lucha contra el revisionismo será inofensiva
si a la vez no se derrotan las posiciones infantilistas
de "izquierda" y se arma al proletariado con su
propia ideología: el marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung. El MOIR es producto de esa lucha, en la cual
se ha templado y capacitado para poder asestar demoledores
golpes al oportunismo y al revisionismo.
Entre las batallas más importantes
contra el infantilismo de "izquierda" y por el
marxismo-leninismo están las siguientes: a) la lucha
interna librada en el seno del MOEC, en 1965, por convertir
esta organización en un auténtico partido
proletario. Esta lucha tuvo como enemigo principal al oportunismo
de "izquierda" que negaba la dirección
de la clase obrera y la necesidad del partido; b) la lucha
por vincular el marxismo-leninismo a la clase obrera y atender
los problemas gremiales y políticos de las organizaciones
de masas del proletariado. Esta lucha tuvo también
como enemigo recalcitrante al oportunismo de "izquierda"
que despreciaba a la clase obrera, se burlaba y calumniaba
a quienes habían iniciado el camino de ir hacia el
proletariado y de atender con paciencia sus problemas diarios.
De su triunfo dependió la creación del MOIR
y la construcción del Partido del Trabajo que terminó
vinculándose a las masas no sólo obreras,
sino campesinas, estudiantiles y de intelectuales, y capacitándose
no únicamente en círculos de estudio, sino
fundamentalmente en el fragor de la lucha de clases; c)
la lucha por la organización nacional del estudiantado
y por la defensa de sus derechos democráticos, llevada
a cabo precisamente en la base social más abonada
para las desviaciones infantiles de "izquierda".
Fue la lucha contra aquellos que hablaban de poner en combate
sólo a grupos aislados del estudiantado, y negaban
la necesidad de la movilización de las masas estudiantiles
todas a través de sus organizaciones propias y por
sus propias reivindicaciones. La participación de
las masas estudiantiles en la lucha por la reforma revolucionaria
de la universidad logró en 1971 el movimiento estudiantil
más consciente, aguerrido y prolongado de la historia
nacional. El MOIR recibió grandes experiencias de
esta lucha y pudo desentrañar gracias a ella el verdadero
alcance de las enseñanzas del camarada Mao Tsetung
sobre la revolución cultural de nueva democracia.
Desde entonces el MOIR ha comprendido que el trabajo en
el terreno ideológico, en el arte, en la literatura
y demás campos de la cultura son pasos preparatorios
de cualquier revolución. Muchas victorias ha alcanzado
el MOIR en este campo. Los anteriores son tres ejemplos
de la vida real y de la práctica revolucionaria de
una nueva fuerza que ya comienza a hacer sentir su peso
en el panorama político colombiano. Cada una de estas
luchas enumeradas y en general el período que va
de 1965 hasta hoy ha derrumbado todos los mitos, los prejuicios,
los falsos ídolos adorados por el oportunismo de
"izquierda". Ha sido una lucha ideológica
y política supremamente aguda en defensa del marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung.
Todas estas luchas se han librado con la
guía acertada del camarada Francisco Mosquera, bajo
cuya dirección y orientación nos alistamos
ahora para dar tal vez la más difícil, la
más dura y la más audaz de las batallas contra
el infantilismo de "izquierda" dentro y fuera
del MOIR, llamada a cerrar todo un capítulo de nuestra
historia como organización independiente y revolucionaria:
la batalla por la campaña electoral.
Es una batalla difícil por el desarrollo
de nuestras fuerzas, como lo fue el Paro Nacional Patriótico
en 1970. Son los riesgos ineludibles que deben afrontar
las corrientes y partidos verdaderamente revolucionarios
que, a pesar de su juventud y relativa debilidad, no se
marginan de los acontecimientos políticos nacionales
y cumplen el deber de trazar orientación a las masas
populares. Lo importante de esta batalla es que nos permite
una gran educación ideológica y política,
la divulgación de nuestros programas y tesis a más
amplios sectores de masas y el crecimiento de la influencia
y de la fuerza del MOIR no únicamente entre los obreros,
sino en el resto del pueblo.
3.- LA PARTICIPACIÓN EN LAS ELECCIONES
NO BORRA LAS DIVERGENCIAS CON EL REVISIONISMO
Hay gentes que en nombre del marxismo-leninismo
pregonan que la divergencia entre los verdaderos y falsos
comunistas está en no ir a las elecciones y señalan
la posición abstencionista como la línea divisoria
con el revisionismo. Esto es absurdo y ridículo.
El MOIR también creyó que la abstención
era una de las divergencias con los revisionistas colombianos;
grave equivocación que hoy rectifica autocríticamente
con la decisión de tomar parte en la lucha electoral.
Muchas, hondas e irreconciliables divergencias
de principios separan al marxismo-leninismo del revisionismo,
sobre todas y cada una de las cuestiones ideológicas
y políticas. El revisionismo es la tergiversación
del marxismo-leninismo para convertirlo, de arma invencible
del proletariado que es, en un instrumento al servicio de
la burguesía contra el proletariado y el pueblo.
Prueba concluyente de esto en Colombia son las vacilaciones,
componendas, traiciones y funestos resultados de la acción
y la dirección del Partido Comunista en más
de cuarenta años de existencia.
En cuanto al problema de la lucha electoral
la diferencia de principios con el revisionismo, consiste
no en si es permisible para el proletariado ir a elecciones,
sino si se adopta o no la vía electoral para la toma
del Poder. Esta es la divergencia con Allende que, llamándose
marxista, proclama la vía electoral para la instauración
de la dictadura del proletariado y la iniciación
de la construcción del socialismo, como dice haberlo
hecho en Chile.
Esto es engañar al proletariado
y al pueblo, desarmarlos, entregarlos mansamente en manos
de sus enemigos, que no permitirán por las buenas
la implantación de la dictadura de las clases revolucionarias
dirigidas por el proletariado. Los comunistas vamos a las
elecciones no a crear ilusiones electorales a las masas,
vamos a lo contrario: a destruir estas ilusiones, a lograr
que las masas por su propia experiencia comprendan que ese
no es el camino que conduce a la liberación. Los
camaradas chinos dicen: "Si
un partido marxista-leninista incurre en el cretinismo parlamentario
o legalismo, limitando su lucha al marco de lo permitido
por la burguesía desembocará inevitablemente
en la renuncia a la revolución proletaria y a la
dictadura del proletariado". Con esta orientación
y en abierta lucha contra el cretinismo parlamentario, el
MOIR irá a las elecciones.
Lenin dice: "Los
comunistas vamos al parlamento burgués para denunciar
las falsedades desde esta tribuna de una institución
capitalista podrida hasta la médula, que sirve para
engañar a los obreros y a los trabajadores en general".
Y agrega: "Mientras no tengamos fuerza para disolver
el parlamento burgués, debemos actuar contra él
desde afuera y desde adentro". Sólo los
comunistas de palabra temen que se borren las diferencias
de principios con el revisionismo por el simple hecho de
ir a las elecciones. Con este temor están indicando
que no entienden nada de marxismo y que desconocen las verdaderas
divergencias de principios con el revisionismo. En definitiva,
lo que hacen es confesar su incapacidad para entender y
resolver los complejos problemas de la lucha de clases del
proletariado.
Durante la campaña electoral el
MOIR continuará sin desmayo su lucha contra el oportunismo
y el revisionismo.
4.- EL MOIR SE FORTALECE EN ESTA BATALLA
El año pasado se dieron grandes
movilizaciones de obreros, campesinos, estudiantes y otros
sectores populares. Se puede prever que estas luchas ganarán
en profundidad y extensión. Crece a diario el odio
contra el imperialismo yanqui, principal enemigo de Colombia.
Las clases y organizaciones revolucionarias se reagrupan
y disponen para nuevos combates. Por otra parte, el gobierno
hace esfuerzos desesperados por acreditar la injusta política
de explotación y sojuzgamiento imperialista. Las
clases y partidos reaccionarios se dispersan y dividen en
un mar de contradicciones insuperables.
En este marco se inicia la campaña
electoral. Con la presencia del MOIR en las próximas
elecciones, el proletariado, por primera vez, expondrá
frente a las otras clases sus soluciones políticas
durante un debate electoral. Los partidos liberal y conservador,
aún cuando divididos, debilitados y aislados, van
a ofrecer sus baratijas imperialistas. Van a defender sus
proyectos de mayor recorte de los derechos democráticos
de la clase obrera; van a hacerle propaganda a los llamados
planes de desarrollo que dan más garantías
a los monopolios yanquis para sus inversiones y saqueo de
nuestro país, como el Pacto Andino, los Fondos Regionales
de Desarrollo, las reformas fiscales, etc., van a tratar
de embaucar al campesinado con la reforma agraria imperialista
proterrateniente; van a presentar la contrareforma universitaria
como un cambio "democrático" y "nacionalista".
Todo esto en un intento inútil por unificar las filas
de la reacción y por salvar la desahuciada alianza
burgués-terrateniente pro-imperialista.
Otras corrientes políticas de la
llamada oposición, como la ANAPO, apuntalarán
algunos de los programas imperialistas, contra los cuales
han manifestado apenas diferencias secundarias. El Pacto
Andino, la reforma agraria oficial, la contrareforma universitaria,
han gozado del visto bueno de la ANAPO. Otro tanto hará
el revisionismo, a su manera, que ya dio el apoyo al Pacto
Andino, por ejemplo.
El MOIR difundirá y explicará
entre las masas sus programas y políticas durante
el debate electoral, precisando las diferencias antagónicas
con los partidos reaccionarios y con el oportunismo. Armará
a las masas con las soluciones revolucionarias sobre los
problemas fundamentales de la liberación nacional;
la revolución agraria; la cultura nacional, científica
y de masas; los derechos democráticos del proletariado
y del pueblo en general y todas las demás reivindicaciones
sentidas y exigidas por las masas.
En el debate electoral el MOIR educará
a las masas con sus consignas estratégicas de la
creación de un partido revolucionario, de un frente
único antiimperialista y de la necesidad de los instrumentos
de poder real que le permitan al pueblo librar la lucha
más elevada por la liberación nacional. En
esta campaña el MOIR ganará amigos, efectuará
alianzas con clases, fuerzas y agrupaciones políticas
que hacen parte del gigantesco frente anti-imperialista.
Lo más importante será que los sectores avanzados
del proletariado podrán llegar masivamente a las
zonas rurales para explicarle al campesinado que la clase
obrera es su más íntimo aliado y que con su
apoyo y dirección coronará con éxito
la revolución agraria. Lograremos lo anterior si
concentramos los esfuerzos en la campaña electoral
y aplicamos una política unitaria, de acercamiento
y persuasión con organizaciones y personas progresistas
y revolucionarias.
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(1) Transcrito de Unidad
y Combate. Bogotá: Edición Tribuna Roja, Febrero
1976.
(*) Publicado en "TRIBUNA
ROJA", No. 4, enero de 1972.
Con este artículo
la dirección central del MOIR sustentó su
resolución de participar por primera vez en la lucha
electoral, modificando radicalmente las viejas concepciones
infantiles de la abstención que campeaban en los
grupos de origen pequefioburgués, aparecidos a finales
de los años cincuenta y comienzos del sesenta.
Este fue un paso más
dado por la corriente proletaria en su comprensión
de los principios tácticos que guían la acción
revolucionaria de la clase obrera y un golpe contundente
al oportunismo de "izquierda", cuyos principales
exponentes en Colombia se autocalifican partidarios del
marxismo-leninismo pero en su comportamiento no cejan en
negarlo y combatirlo.
De tal forma, el MOIR
se colocó, tanto teórica como prácticamente,
en condiciones para aplicar una línea táctica
que le permitiera, de acuerdo a las peculiaridades de la
situación colombiana, progresar en sus tareas de
la construcción del partido obrero, de la vinculación
a las, más amplias masas populares y de desbrozar
la política del frente unido de todas las clases
y capas revolucionarias por la liberación nacional.
Igualmente quedó expuesto que las fuerzas marxista-leninistas
sólo podrán triunfar efectivamente sobre el
oportunismo revisionista si defienden una táctica
correcta, conforme a las orientaciones programáticas
de la revolución nacional y democrática y
en consonancia con las mutaciones de la lucha política
del país.